La nueva ley contempla la eliminación de una cláusula fundamental, recogida en la actual normativa (Ley 5/2007, de 3 de abril), por la que los propietarios de los terrenos de las áreas protegidas deberían abandonar las citadas actividades en un plazo máximo de diez años, es decir en 2017.
Los amantes de la naturaleza vivimos con preocupación la grave amenaza que se cierne sobre nuestra principal red de espacios protegidos. Las peores perspectivas se han cumplido y, tal y como hemos venido informando en La Vanguardia Natural, el Partido Popular (PP) ha decidido modificar la Ley de Parques Nacionales para beneficiar a los propietarios de las grandes fincas que los forman y permitir en su interior la caza, la pesca o incluso la tala de árboles, entre otras actividades incompatibles con la conservación de la naturaleza.
Pero con la entrada en vigor del nuevo marco legal, el régimen jurídico que determina los usos del terreno y las actividades que se pueden llevar a cabo en el interior de un parque nacional, estará sometido a la voluntad del titular de los terrenos. Si el dueño decide organizar una montería, lo podrá hacer; si exige que se mantenga su coto de pesca, seguirá pescando; si decide talar una chopera, la cortará. Los parques nacionales pasarán a ser patios traseros.
Así, podría darse la surrealista situación de que un grupo de ornitólogos escandinavos o británicos, atraído por las campañas publicitarias que se están llevando a cabo por parte de muchas comunidades autónomas para fomentar el turismo ornitológico (birdwatching), acudiera al parque nacional de Cabañeros, Monfragüe o cualquiera otro de nuestros espacios protegidos y se topara con un cartel tipo “cerrado por actividad cinegética” que le obligara a dar media vuelta y huir bajo el sonido de los disparos. Esa puede ser la nueva Marca España de nuestro turismo de naturaleza.
La Red de Parques Nacionales, creada hace casi un siglo y formada actualmente por las 15 joyas de la corona de nuestra naturaleza, está a punto de perder su condición de máxima figura de protección. Tal y como denuncian las cinco grandes organizaciones de conservación de la naturaleza en España (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF) la entrada en vigor de la nueva ley supondría uno de los mayores ataques a los parques nacionales en sus 100 años de historia. Por eso reclaman la retirada del nuevo proyecto de ley, un marco legal que solamente contribuiría a degradar la más importante y exigente figura de protección de la naturaleza de nuestro país y nuestro principal reclamo de turismo ecológico.
Pero no solo eso. Los ecologistas, que se han dirigido esta misma semana por carta a la Ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para pedirle una reunión urgente y extraordinaria del Consejo de la Red de Parques Nacionales, anuncian la inmediata puesta en marcha de todo tipo de movilizaciones en defensa de nuestro patrimonio natural, de ese patrimonio de todos en el que encuentran refugio algunas de las joyas más preciadas de nuestra biodiversidad, incluida buena parte de nuestras especies en peligro de extinción.
Se trata de evitar que, como ya está ocurriendo en el Parque Nacional de Cabañeros, nuestra red de santuarios de la naturaleza, esa pequeña selección de reservas creada bajo el reinado de Alfonso XIII, que actualmente supone tan solo un 0,7% del territorio, se convierta durante el reinado de Felipe VI en un selecto club de cotos de caza a merced de los propietarios de las haciendas y su distinguido círculo de amistades.
Los amantes de la naturaleza estamos firmemente decididos a que eso no sea así: no en nuestros parques.
Fuente original: ecogallego
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