Las ‘morsbags’ son las tradicionales bolsas de tela, sólo que estas están hechas y son distribuidas con una vocación medioambiental. Se trata de un movimiento nacido en Inglaterra, pero extendido ya por todo el planeta, con el objetivo principal de terminar con el uso de las bolsas de plástico. Según los datos de su web, hay por el mundo más de 156.000 bolsas de tela con este sello. ¿Quieres hacerte con una?
Si a la entrada de un supermercado alguien se le acerca y le entrega una bolsa de tela con una etiqueta que pone “MORSBAGS” cójala. Es un regalo desinteresado de alguien que con su acción quiere evitarle el uso de bolsas de plástico, o quizás de una persona que tenía telas viejas en casa y quiso, transformándolas en bolsas, darles una nueva vida.
Aunque en la web del movimiento existe un patrón tipo, para que cualquier persona interesada, pueda coserse su morsbag propia, este tipo de bolsas pueden ser de cualquier tamaño, tejido, forma, diseño o utilidad. Lo importante es que el uso de las bolsas de tela se propague, que cada uno tenga una en el coche, en su bolso, a la entrada de casa, que se repartan altruistamente por tiendas, mercadillos, centros escolares, etc.
La idea surge de un inglés, harto de ver cómo en el canal que tenía cerca de su casa las bolsas de plástico eran un ser acuático más
Buscando una solución a este problema recabó el dato de que a nivel mundial, se consumen más de 1 millón de bolsas de plástico al minuto y que muchas de ellas terminan en los estómagos de la fauna marina, seres vivos que mueren por ingerir estos residuos. De igual manera, se topó con la frustrante realidad de que las medidas políticas para solucionar este problema son muy lentas, así que decidió poner en marcha un movimiento inmediato con el que poner su grano de arena para solventar el problema.
Tal y como nos avisan los promotores de “Morsbags”, hacer bolsas de tela es adictivo. Una vez que has preparado y regalado o utilizado la primera, no querrás parar de hacer más. Para motivar este hecho, la página oficial recoge las experiencias de los “Pod” (grupos/personas individuales) que además de ir subiendo sus diseños, van aumentando la cifra de bolsas realizadas en una especie de competición que lo único que busca es extender el mensaje clave: que se dejen de utilizar las bolsas de plástico y “las ballenas dejen de comer plástico”.
El movimiento de las “Morsbags” ha conseguido además hacer de esta actividad un modelo de socialización, sostenibilidad, cooperación y educación.Se crean grupos en cualquier entorno social –incluso en cárceles como señalan en la web– que en la mayoría de los casos sirven para establecer nuevas relaciones personales donde además de pasar un rato agradable, cada uno aporta lo que sabe: unos su técnica para usar la máquina de coser, otros su creatividad para crear nuevos modelos y en algunos casos sus habilidades para convencer a negocios locales a ayudarles en su distribución. Existen grupos que organizan recogidas de telas, hilos o incluso máquinas de coser para después hacer uso de ellas o cederlas a otros que puedan necesitarlas, otros organizan cursos gratuitos para aprender a hacerlas e incluso acuden a los colegios para enseñar a los escolares a hacerse la suya propia o acuden a mercadillos para regalarlas e informar de su existencia.
Las fórmulas para unirse a este movimiento son múltiples y siempre gratuitas. El único coste son las etiquetas que identificarán a cada bolsa de tela como una Morsbags y la impresión de la información que se incluye en cada bolsa para animar a seguir este movimiento. Pero incluso aquí, las opciones están abiertas a que cada uno busque fórmulas para que estos elementos tampoco supongan ningún coste. La única opción que está descartada es la de la utilización de bolsas de plástico. ¿Te animas a enseñarnos tu “Morsbag”?
Otros datos para terminar de convencernos de la necesidad de deshechar las bolsas de plástico
A pesar de comenzar a generalizarse su uso hace 40 años, las bolsas de plástico suponen un serio problema medio ambiental.
Sus tiempos de biodegradación son enormes y al hacerlo y fotodegradarse, se descomponen en trozos tóxicos cada vez más y más pequeños que terminan entrando en la cadena alimentaria de fauna marina y seres humanos.
Más de 500 mil millones de bolsas de plástico se utilizan en todo el mundo cada año. Esto supone una media de 70 bolsas de plástico por persona que se podrían reducir a cero con la utilización de 10 morsbags.
15.000.000 kilómetros cuadrados del Océano Pacífico están cubiertos de bolsas de plástico (Janez Potocnik – Comisario europeo para el medio ambiente).
La producción de bolsas de plástico por año crea residuos sólidos suficientes para llenar el Empire State Building 2,5 veces. (MSM)
En algunas partes del océano hay 2,7 kg de plástico por cada uno de plancton.
Fuente original: blogderesiduosmcp
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