Hace decenios que las organizaciones ecologistas luchan contra la caza de focas que se produce en Canadá. Ahora la Unión Europea aprueba un embargo comercial.
Cada primavera, cazadores canadienses matan a golpes miles y miles de crías recién nacidas en el hielo del golfo de San Lorenzo y frente a la costa de la isla de Terranova. Los carniceros despellejan las focas sobre el terreno para vender las pieles a clientes de todo el mundo. Esta horrible situación debe acabar, y para ello, la Unión Europea quiere poner coto a este comercio: presionado por las organizaciones medioambientalistas, el Parlamento Europeo, con sede en la ciudad de Estrasburgo. En mayo de 2009 la UE aprobó un embargo comercial para todos los productos de foca. Hasta ahora, tal embargo sólo existía para las pieles blancas procedentes de foca pues es el color que las crías tienen si son menores de 21 días.
Inuits, la excepción para cazar focas
Exclusivamente podrán cazar focas los indígenas de las zonas polares, como por ejemplo los inuit. ¡Es la única excepción!
Son 30 naciones las que forman parte del embargo, entre ellas, siete de los diez países más importantes para la exportación canadiense de pieles de foca. "Desde Ciudad de México , pasando por Madrid, París, Roma y Berlín , hasta Moscú el mundo se une contra la caza comercial de focas", dice el director del IFAW (International Fund for Animal Welfare). Hace poco el gobierno de Rusia ha prohibido la caza de focas menores de un año en el mar Blanco.
En Canadá las medidas internacionales ya han surtido efecto: en esta temporada de caza, los cazadores mataron ante la costa de Terranova 57.000 en lugar de 200.000 focas de Groenlandia (Phoca groenlandica) como mataron el año pasado. Su beneficios también se vieron reducidos, les depararon ingresos de nueve euros por unidad. El año pasado recibieron el doble y hace cuatro años incluso casi cuatro veces más.
Fuente: geo
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