Más de 20.000 especies, las abejas tienen un papel muy importante en el ecosistema; de hecho la producción de la alimentación y la biodiversidad mundial depende de ellas. Dado que las poblaciones de abejas están disminuyendo drásticamente a escala global, estos insectos son más necesarios que nunca.
¿Qué aportan las abejas a la biodiversidad y a la agricultura?
La reproducción de muchas especies botánicas depende directamente de estos polinizadores. Las abejas utilizan el polen y el néctar de las flores para alimentarse o para producir miel, por lo que a la vez que se alimentan y recolecta polen de los estambres de las plantas, transfieren semillas. Este tipo de relación, es un claro ejemplo de dependencia simbiótica.
Entre la multitud de especies, las abejas solitarias (oligoleges) también son muy importantes porque recogen el polen solamente de algunas plantas específicas- las que suelen ser más raras y salvajes. Es decir, la supervivencia de esta flora depende de la actividad directa de las abejas.
Teniendo en cuenta el papel que juegan las abejas en el proceso de polinización cruzada, se entiende la importancia que tienen en la biodiversidad del cultivo y en la agricultura y viceversa. De hecho hay estudios que afirman que un tercio de la alimentación que consumimos diariamente es producto de la polinización de abejas.
¿Por qué están desapareciendo las abejas?
Según el informe “El declive de las abejas”, entre 1985 y 2005 las poblaciones de abejas disminuyeron un 25% en Europa y el declive continua actualmente. No sólo en nuestro continente, sino en todo el mundo, con el fenómeno de Colony Collapse Disorder (el síndrome del desplome de las colonias) afectando a un tercio de las colonias de abejas en EEUU a partir del año 2006. Ésta desaparición alarmante de las abejas también significa que las cosechas y la producción de alimentos están en riesgo.
Varios y entrelazados son los factores que han contribuido al declive de las abejas. Las prácticas de la agricultura industrializada, tales como la monocultura y el empleo de los pesticidas y los herbicidas, están llevando a cabo la pérdida de hábitats de las abejas y, a largo plazo, contribuyen al cambio climático.
Como ya os hemos contado, la monocultura, reduce la biodiversidad y la disponibilidad de la flora y, teniendo en cuenta la simbiosis de las especies, también reduce las fuentes de alimentación de las abejas.
En cuanto a los pesticidas, una investigación reciente ha demostrado que el uso de productos que llevenneonicotinoides, tienen un impacto significativo en la disminución de las abejas. En abril de 2013, la Unión Europea suspendió tres tipos de estos pesticidas- clothianidin, imidacloprid y thiametoxam- durante dos años.
¿Qué podemos hacer?
Para poder asegurar la supervivencia de las abejas, y otros polinizadores, se deberían tomar medidas políticas enfocadas a los sistemas de cultivo, pero a nivel individual con gestos simples también podemos aportar nuestro granito de arena:
- Reemplazar productos de horticultura que lleven neonicotinoides por alternativas biológicas tales como nematodes o BT (Bacillus thuringiensis).
- Crear un ecosistema de diversos hábitats basándonos en la rotación de cultivos para controlar plagas y favorecer a las abejas.
- Consumir productos ecológicos, locales y de temporada para apoyar al sistema de agricultura ecológica, lo cual es menos perjudicial para los antófilos.
- Localizar a los apicultores cercanos y comprar sus productos provenientes de la colmena, que incluyen la cosmética de cera, miel, propolis y jalea real, para apoyar la crianza sostenible de abejas.
- Echadle un vistazo a esta petición de Greenpeace para animar a las autoridades españolas a que protejan a las abejas.
Fuente original: blogconasi
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