martes, 29 de julio de 2014

Una investigación demuestra que las poblaciones de aves insectívoras, estorninos y golondrinas principalmente, están disminuyendo allí dónde se utiliza el insecticida neonicotinoide imidacloprid de forma masiva

EL INSECTICIDA ACUSADO DE MATAR A LAS ABEJAS TAMBIÉN ACABA CON LOS PÁJAROS

Un estudio holandés publicado en la revista 'Nature' relaciona la presencia del neonicotinoide imidacloprid en las aguas superficiales con el descenso de las poblaciones de pájaros como el estornino o la golondrina.

Las poblaciones de aves insectívoras como el estornino pinto o estornino común (Sturnus vulgaris) y la golondrina común (Hirundo rustica) están disminuyendo en zonas agrícolas con altos niveles del insecticida neonicotinoide imidacloprid, según un estudio que publica esta semana la prestigiosa revista científica Nature.

La investigación ha sido realizada por biólogos de la Universidad Radboud, en Nijmegen (Holanda), y del Centro Sovon de Ornitología de Campo, también en Nijmegen, a partir de datos recogidos en diversas zonas de este país pero pueden estar indicando que este fenómeno es común a todas las áreas donde se utilizan este tipo de insecticidas de forma masiva. Los expertos recuerdan que diversos estudios anteriores han relacionado el uso de insecticidas neonicotinoides con la muerte masiva de insectos polinizadores como las abejas. Imidacloprid es la denominación genérica de un insecticida neonicotinoide que se comercializa con diversas marcas.

El estudio publicado ahora en Nature es el primer trabajo de campo de grandes dimensiones que correlaciona el imidacloprid a los posibles efectos nocivos indirectos -a través de la cadena alimentaria- en vertebrados. Imidacloprid es uno de los insecticidas más utilizado en los sistemas agrícolas de todo el mundo.

Pájaros que habitan en zonas de cultivos en Europa están en declive desde hace años pero existen diferencias locales que han dificultado hasta ahora la explicación de las causas de este proceso. Los científicos de Nijmegen autores de este estudio proponen relacionan la disminución de las poblaciones de pájaros con las concentraciones de neonicotinoides presentens en el agua de superficie en las zonas estudiadas.


Los datos de campo muestran una clara tendencia

Los investigadores revisaron los datos de calidad del agua que analizan las Juntas de Agua del Distrito (organismos oficiales) y la base de datos que registra los cambios de uso del suelo, comparando estos resultados con el censo de aves.

El resultado fue el descubrimiento de una tendencia clara: cuanto mayor sea la concentración de imidacloprid en el agua de la superficie, mayor es la disminución del número de aves. En las quince especies de aves que se incluyeron en el estudio, las poblaciones disminuyeron un promedio del 3,5% por ciento por año en áreas con más de 20 nanogramos de imidacloprid por litro. Esta concentración se supera en gran medida en muchas partes de Holanda, según indica el estudio.

"Nos fijamos muy a fondo otros factores que podrían estar relacionados con el descenso del número de aves y nuestro análisis muestra que el imidacloprid es, con diferencia, el factor que mejor explica la tendencia a la pérdida de poblaciones de estos tipos de pájaros", ha destacado el profesor Hans de Kroon. 


Falta determinar las causas

Los investigadores todavía no saben exactamente qué causa el descenso de aves en zonas tratadas con este insecticida, puesto que en principio, el efecto neurotóxico de este tipo de productos no afecta a los vertebrados. Entre las posibles explicaciones se encuentra la falta de alimento (por la muerte de los insectos), comer insectos contaminados y una combinación de ambos. Para algunas especies, comer semillas recubiertas con insecticidas no pueden excluirse como explicación. No está claro, por otra parte, si la presencia del insecticida puede afectar la capacidad reproductiva de los pájaros.

'Los neonicotinoides siempre fueron considerados como tóxicos selectivos. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que pueden afectar a todo el ecosistema. Este estudio muestra lo importante que es tener buenos conjuntos de datos de campo, y analizar con rigor. Gracias a nuestra asociación con organizaciones como Sovon, podemos descubrir los efectos ecológicos que de otro modo se pasa por alto ", ha afirmado el profesor Hans de Kroon.


Fuente original: lavanguardianatural






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