NO TE ABANDONES
No lo hagas. No te lo perdonarás nunca. No importa la solidez de tu coartada: ese “viaje de vuestra vida” a un país lejano, esa importante caída de los ingresos, esa nueva pareja “que no soporta a perros ni gatos”. No dejes a tu perro ahí tirado, no cometas esa alta traición con quien más te quiere porque en realidad a quien te estás traicionando es a ti. No te soportarás.
El abandono de animales de compañía es un desgarro social, una herida por la que nos desangramos como civilización. España encabeza la amarga lista de países europeos con mayor número de animales abandonados.
Cerca de 200.000 perros y 25.000 gatos al año que, en su gran mayoría (más de un 90 % según algunos informes de expertos) acabarán muriendo por desnutrición, atropello y otras causas derivadas del abandono.
Ante la dureza de estas cifras lo primero que cabe exigir es que se actúe con mucha más contundencia contra el abandono de animales de compañía desde todos los ámbitos de la sociedad, porque quien abandona a su perro en una cuneta o en mitad del bosque y echa a correr, además de un monstruo es un delincuente, tal y como recoge el artículo 631.2 del Código Penal.
Pero ¿qué es lo que puede empujar a una persona a abandonar a su perro, ese amigo fiel con el que ha convivido durante años? Pues lo más cruel de todo es que en la mayor parte de las ocasiones el motivo que argumentan los acusados de tal delito es que lo hicieron simplemente por cansancio. Según el estudio anual del abandono en España que elabora la Fundación Affinity, la principal causa es la “pérdida de interés en el animal”. Así lo destaca su informe, o mejor dicho, así lo denuncia. Y uno se pregunta ¿cómo se puede ser tan canalla?
Para hacer frente a esta realidad en los últimos años se han puesto en marcha todo tipo de planes de sensibilización, a nivel local y autonómico, contra el abandono de animales de compañía. La mayoría de ellos están basados en el fomento de la tenencia responsable de perros, gatos y el resto de animales con los que convivimos. Algo que pasa en primer término por someterse a un examen de conciencia antes de decidirse a tener un gato o un perro.
Porque mucho antes de procurarse la compañía de un perro, un gato o cualquier otro animal doméstico lo primero que debemos preguntarnos es si seremos capaces de darle el trato que se merece y ofrecerle las condiciones de vida adecuadas.
Aunque acaso lo más importante sería hacerse una pregunta explícita, una de esas que van directas al alma y que uno debe responder desnudo, en soledad y mirándose al espejo ¿estamos seguros de que seremos lo suficientemente fieles como para estar a su altura? Porque él no lo hará nunca, pero si tú tienes dudas tal vez llegará un día en que aflorará el monstruo y te abandonarás para siempre al abandonarlo a él.
Fuente original: ecogallego
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