miércoles, 12 de marzo de 2014

las abejas no sólo hacen miel, el papel esencial de las abejas en los ecosistemas

DESAPARICIÓN SÚBITA DE LAS ABEJAS UNA PREOCUPACIÓN MUNDIAL


La próxima vez que veas a una abeja, recuerda que es uno de los insectos responsable de uno de los procesos más importantes y fascinantes de la naturaleza: la polinización. 





El papel de las abejas 

Las abejas y otros insectos polinizadores tienen un papel esencial en los ecosistemas. Cerca del 90% de las plantas silvestres y un tercio de los alimentos que consumimos depende de la polinización. Un mundo sin polinizadores sería devastador para la producción de alimentos. 

¿Quién polinizaría todos los cultivos? ¿y el resto de plantas silvestres? La polinización manual es extremadamente laboriosa, lenta y cara. Se ha calculado que el valor económico de la labor de polinización de las abejas sólo para la agricultura, podría estar en torno a los 265 mil millones de euros anuales en todo el mundo. Así pues, incluso desde un punto de vista puramente económico, merece la pena proteger a las abejas. 


El problema del declive de las abejas

Desde finales de los años 90, apicultores de todo el mundo, sobre todo de Europa y América del Norte, han observado la misteriosa y repentina desaparición de las abejas, y han informado de tasas inusualmente altas de descenso en las poblaciones de las colonias de abejas melíferas. 

Las abejas no solo hacen miel: al polinizar cultivos, son claves para la producción alimentaria. Los abejorros, otras abejas silvestres e insectos como las mariposas, las avispas y las moscas proporcionan también valiosos servicios de polinización. 

De los insectos polinizadores, depende un tercio de los alimentos que consumimos, entre ellos, hortalizas como los calabacines, frutas como los albaricoques, frutos secos como las almendras, hierbas aromáticas como el cilantro o aceites comestibles como el de colza. Sólo en Europa, más de 4000 cultivos depende de esta labor tan esencial de los polinizadores, pero también los ecosistemas en general. No obstante, mueren cada vez más abejas. El descenso en las poblaciones de abejas afecta también a los seres humanos. Nuestras vidas dependen de las suyas. 


El impacto de la agricultura industrial en las abejas 

Una de las amenazas más importantes para las abejas son los plaguicidas químicos tóxicos utilizados en la agricultura. Varios de ellos tienen efectos letales sobre las abejas; especialmente los que pertenecen al grupo químico conocido como «neonicotinoides». Estas sustancias químicas afectan el sistema nervioso central de las abejas y otros insectos polinizadores y pueden provocar el envenenamiento agudo y crónico, tanto individualmente como en colonias enteras. 

Las abejas podrían envenenarse al consumir polen y néctar contaminados mientras se alimentan en cultivos tratados con estas sustancias o flores silvestres contaminadas debido a las labores agrícolas, y también cuando nutren a sus larvas con un alimento tóxico. 

Además de estos peligrosos plaguicidas, las abejas se están debilitando como consecuencia del cambio climático, los parásitos y las enfermedades. Sin olvidar los paisajes de monocultivos que crea la agricultura intensiva, que llevan a una pérdida de la biodiversidad y la disponibilidad de alimento y hábitats intactos para las abejas silvestres y otros polinizadores. 


Obreras sostén de la colmena 

Las abejas obreras salen de la colmena para llevar a cabo sus actividades cotidianas, pero no regresan, y extrañamente no se encuentran sus cuerpos, como sucede en otras epidemias. El problema se denominó colapso de colmena. 

Las abejas son animales sociales y esto significa que para su subsistencia requieren de mucha interacción y ayuda. 

El sistema de castas de las abejas está estructurado de tal forma que las obreras son las que sostienen la colonia, si se van y no regresan, las pocas que quedan tienen el trabajo de mantener a las larvas o los huevos. En poco tiempo estos mueren, porque no reciben el alimento que las obreras cotidianamente llevan a la colmena. 

La ciencia aún no tiene claro por qué sucede este fenómeno. Al parecer, está relacionado con enfermedades que padecen las abejas. Algunos grupos de investigación en otros lugares del mundo identificaron un ácaro y un virus que se han asociado al problema. También se cree que el cambio climático y el uso de pesticidas podrían estar contribuyendo a este desorden. 


El monocultivo, posible causa 

Aun cuando los especialistas coinciden en que son muchas las causas del colapso de colmena es más grave en los lugares donde se practica el monocultivo en la agricultura. 

Los especialistas en ecología sabemos, que la propagación de enfermedades en un ecosistema depende del número de especies presentes y mientras más diverso sea, es menos frecuente es que se enfermen los individuos que lo habitan. 

Cuando un patógeno tiene varias especies a las cuales infectar, estas se pueden proteger más fácilmente, pues algo en la diversidad le impide al patógeno especializarse a plenitud en atacar a una sola especie. 

Aunque por ahora el problema es mayor en otras regiones del mundo, eso no significa que en nuestro país no vaya a suceder. Considerando que en nuestro pais hay tendencia a la práctica del monocultivo en la agricultura, y por lo tanto, nos hacemos más vulnerables al problema de colapso de colmena. Por eso, tenemos que estar prevenidos y estudiar más sobre estos indispensables animales. 


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